miércoles, 3 de febrero de 2010

La tumba de un extraterrestre



Uno de los casos más enigmáticos fue recogido en dos artículos aparecidos en el diario La Capital, de la ciudad de Rosario, los días 13 y 14 de octubre de 1877. En el primero de ellos, un químico de apellido Sevarg relata que, mientras caminaba cerca del río, se topó con una gran roca negra de forma ovoide de 25 metros por 37. Pensando que se trataba de un aerolito, Sevarg, junto con los geólogos Charles Davis y John Paxton, decidió perforarlo. Tras seis días de trabajo penetraron en una habitación de 2 metros cúbicos donde había una ánfora de metal blanco. Al retirar una plancha de metal, descubrieron una segunda sala donde se hallaba una tumba rectangular con un cuerpo. En el periódico se señalaba: "No tiene cabellos; el cutis debió ser liso y sin barba, pero ahora está arrugado y parece cuero curtido; el cráneo es triangular y la cara aplastada. En vez de nariz tiene una trompa saliendo desde la frente, una boca muy pequeña con sólo catorce dientes y dos órbitas de las cuales se han extraído los ojos. Los brazos son muy largos y las manos tienen cinco dedos, de los cuales el cuarto es mucho más corto que los demás. La contextura general es muy débil".
En la tumba se halló también una chapa de plata con unos dibujos que representaban al Sol, diversas estrellas y los planetas.
En la breve nota publicada en la edición del día siguiente, 14 de octubre, se menciona que los objetos se exhibirán en los hoteles Mageran y Francini

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